“La reina del flow:” Sueños de Medellín

Yo llegué un poco tarde a esta fiesta. Pero como decimos en inglés, “mejor tarde que nunca.” Better late than never. La reina del flow estrenó el año pasado en Colombia en el canal Caracol Televisión. Yo vi la serie de 82 capítulos en Netflix, donde se puede disfrutarla en su original español. También hay subtítulos en varios idiomas. La producción colombiana ha sido tan intensa y exitosa que recientemente hicieron y pasaron la versión mexicana, la cual no he visto, este verano en Univisión.

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Esta serie, La reina del flow, (The Queen of Flow), era extremamente popular en Colombia.  Mezcla la vida dura de una comuna (barrio bajo) con los sueños de unos músicos jóvenes. El autor, Andrés Salgado, combina la música urbana colombiana, sobre todo el género reggaetón, con actuación experta y un guión emocionante y conmovador.

Crear y tocar música urbana es el sueño de los personajes principales, Yeimy Montoya (Carolina Ramírez/María José Vargas), Juancho (Andrés Sandoval)  y Charly Flow (Carlos Torres). Otros personajes menores, Erik, Chris Vega, Irma y Axl, también quieren hacerse famosos cantando reggaetón. Poder componer e improvisar letras son muy importantes en este contexto, y vemos el desarrollo de la talentosa Yeimy, desde su adolescencia en la comuna hasta su labor como agente y compositora profesional en los estudios Excelsior y Surround Vibes. Pero su camino no es fácil. Yeimy tiene una vida muy difícil marcada por la pobreza y la muerte y acaba en la cárcel en los Estados Unidos. Esta historia extraña la lleva de vuelta a Medellín como espía de la DEA para cazar a un narcotraficante violento, alias Manín.

Antes de ver La reina del flow, había mirado otras series colombianas, como Betty la fea, Sin tetas no hay paraíso, La esclava blanca  Sempre bruja, todos programas muy bien realizados. Sin embargo, La reina del flow resultó aun más entretenido por su uso de música actual (compuesta por la serie) y el habla popular llena de “colombianismos.” Predominan el uso de vos, y palabras como parcero/a, qu’ubo, te caigo, mona, etc. Como Sin tetas no hay paraíso, el lenguaje y la temática son fuertes y no apropriados para niños pequeños. Además de destacar la lucha de Yeimy de vengarse y rehacer su vida, toca los temas serios de la violencia doméstica, el tráfico de drogas, el abuso de drogas y bebidas alcoholicas, la traición y la pobreza.

Muy recomendado para mayores de 14 años. ¡Vean la serie en NETFLIX!